Presente de forma natural en la piel, el ácido hialurónico desempeña un papel fundamental en su mantenimiento. Hidrata la piel, garantiza su elasticidad y su firmeza para darle un aspecto liso y homogéneo.
Con el paso del tiempo, la cantidad de ácido hialurónico presente en el cuerpo disminuye y, entre los 40 y los 50 años, nuestro cuerpo ya ha perdido el 50% de su contenido en ácido hialurónico*.
Por este motivo, con la edad, las mejillas y los pómulos empiezan a marcarse. Algunas arrugas, hasta el momento inexistentes, empiezan a hacerse visibles. El óvalo y el contorno de la cara cambian y la armonía global del rostro disminuye.
Propiedades
- Ubicuo
- Biocompatible, no inmunógeno.
- 100% de origen no animal: no alergénico, no es necesario realizar una prueba de alergia antes de la inyección.
- Producto reabsorbible con el tiempo.
- Producto biodegradable de reabsorción cutánea progresiva y completa en agua y CO2.
- Elevado poder hidratante puede absorber hasta 1.000 veces su peso en agua.
- Viscoelástico: mantiene la elasticidad de la piel. Las propiedades físicas de los geles de ácido hialurónico dependen del peso molecular, de la concentración y del grado de reticulación.
- El ácido hialurónico reticulado forma una red densa y tupida.
¿PARA QUE TIPO DE ARRUGAS SE RECOMIENDA EL ÁCIDO HIALURÓNICO?
Las zonas más comunes en las que se aplica son:
- Contorno y comisura de los labios.
- Volumen labial y facial (pómulos).
- Arrugas labiales o peribucales (alrededor de la boca).
- Surcos nasogenianos (líneas de expresión a ambos lados de la nariz y la boca).
- Patas de gallo.