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Lifting sin cirugía

El tratamiento, utilizado sobre todo para combatir la flacidez en cara y cuello, consiste en la implantación subcutánea de hilos que permiten tirar de la piel caída y reposicionarla en un nivel más alto. Los hilos pueden tener autoanclaje, es decir, que no se fijan del extremo que tira en ningún tejido, o pueden ser de anclaje, en cuyo caso se fijan por un lado en la zona caída.

Se efectúa con anestesia local. Los resultados suelen ser satisfactorios para edades relativamente jóvenes, pero no basta en casos de flacidez muy acentuada. La duración de los mismos es de dos años y el paciente se puede reincorporar a su vida cotidiana dos días después. Es una técnica muy poco agresiva.

HILOS REABSORBIBLES DE PDO

¿QUÉ UTILIDADES TIENE?

Sirve para…

Retensado, sustentación y remodelación de los contornos faciales y de zonas corporales, en el envejecimiento precoz o moderado, y en las situaciones de flacidez y descolgamiento tisular localizado (cara, cuello, brazos, cara interna de muslos, nalgas, senos, etc.).

¿CÓMO FUNCIONA?

Consiste en la colocación de unos hilos reabsorbibles de polidioxanona (PDO), material que se utiliza para sutura quirúrgica, en la dermis profunda o subdermis de las zonas a tratar, lo cual inducirá el desarrollo local de colágeno tipo I, es decir tejido fibrótico necesario para el objetivo previsto.

Se trata de hilos que se implantan sin anclajes ni suturas, a través de agujas-guía que también pueden servir, después de la ubicación de aquellos, para inyectar medicamentos o productos sanitarios convenientes.

Existen hilos monofilamento, multifilamento, ‘rizados’ y con espículas para un anclaje suave en la dermis.
El tratamiento puede practicarse bajo anestesia simplemente local o tópica; muchas veces basta con anestesiar los puntos de acceso.

El diseño de los trayectos de los hilos debe ser sumamente preciso, normalmente con el paciente de pie o sentado, para lograr el efecto que se desea: reestructuración, retensado, suspensión, remodelación, etc.

Las agujas se introducen a lo largo de los trayectos diseñados y son retiradas, una a una de inmediato o conjuntamente después de tratar una zona concreta, quedando el hilo en la dermis profunda o la subdermis.
No es necesaria sutura ni vendaje alguno.

Generalmente, se resuelve en una única sesión para la totalidad de la zona a tratar.

¿CUÁNTO TIEMPO SUPONE?

De una a dos horas, en función de las zonas a tratar.

¿QUÉ PUEDE OCURRIR?

Lógicamente, puede aparecer una inflamación discreta y algunas equimosis, que en la cara pueden ocultarse inmediatamente con maquillaje y que tardarán pocos días en desaparecer.

Durante el tiempo que se determine (habitualmente no más de 48 horas) debe restringirse la movilidad de la zona o zonas tratadas, y ello puede representar algún tipo de limitación laboral, social o deportiva.

El efecto se percibe de forma gradual a partir de dos a tres semanas del tratamiento, pero el resultado definitivo se obtiene transcurridos de dos a cuatro meses, periodo necesario para la reestructuración dérmica y la readaptación definitiva de los tejidos en las zonas tratadas.

Pueden existir de forma transitoria síntomas inherentes al procedimiento: sensación de tensión (que en algunos casos puede llegar a incomodar), trastornos de la movilidad y sensibilidad locales, depresiones cutáneas que reproduzcan los trayectos de los hilos, etc.